Introducción
En el recorrido desde mi hogar familiar al norte de El Cairo hasta la ciudad costera de Alejandría, he experimentado la transformación de un viaje lleno de alegría a uno cargado de angustia. El 17 de noviembre de 2022, emprendimos ese mismo trayecto, pero esta vez con destino a la prisión donde se encuentra recluido mi hermano mayor, Alaa Abd El-Fattah, uno de los activistas pro democracia más destacados de Egipto. Este viaje marcó el punto culminante de una huelga de hambre parcial de 200 días, una desesperada medida que esperábamos pudiera asegurar su liberación.
Un Testimonio Desgarrador
Al llegar al complejo penitenciario en pleno desierto, la ansiedad se apoderó de nosotros. Alaa había pasado seis días sin consumir alimentos ni agua, y desconocíamos en qué estado lo encontraríamos. Dos breves notas manuscritas que recibimos días antes indicaban que estaba vivo y había retomado la ingesta de líquidos. La segunda nota sugería que, durante nuestra visita, quisiéramos llevar un pastel de cumpleaños, ya que se acercaba su 41 cumpleaños.
La Estrategia Internacional
Enfrentándonos al desafío de liberar a Alaa, decidimos centrar nuestros esfuerzos en la comunidad internacional en lugar de la campaña doméstica. Con Egipto albergando la Cop27, la conferencia anual de la ONU sobre el cambio climático, la oportunidad de mejorar la imagen del gobierno egipcio frente a una audiencia global era evidente. Necesitábamos persuadir a los políticos para que abordaran el caso de Alaa, condicionando la sonrisa para la cámara junto al presidente egipcio a la liberación de los prisioneros políticos.
Resistencia y Sacrificio
Mi implicación en la lucha por la libertad de Alaa no ha sido sin consecuencias. He sido encarcelada tres veces y mi madre y hermana han sido agredidas por defender la liberación de mi hermano. La angustia que enfrentamos como familia no es única, ya que decenas de miles de prisioneros políticos en Egipto comparten un destino similar. Sin embargo, sabemos que ejercer presión sobre las autoridades puede surtir efecto, como demostré con mi propia liberación en 2021.
Campaña Global y Desafíos
Después de mi liberación, llevé el libro de ensayos escrito por mi hermano en prisión, "Todavía No Has Sido Derrotado", en una gira internacional. Me reuní con activistas, periodistas, políticos y diplomáticos para generar apoyo. Aunque la campaña creció, el gobierno británico, a pesar de nuestra ciudadanía, no tomó medidas efectivas. Ante esta situación, decidí hacerme imposible de ignorar y monté una tienda en Whitehall, frente a la Oficina de Asuntos Exteriores, durante 20 días mientras Alaa intensificaba su huelga de hambre.
Esperanza y Solidaridad
En los momentos más difíciles para mi familia, la solidaridad de personas de todo el mundo nos ha dado esperanza. Sin embargo, la interacción con políticos me hizo sentir impotente. Aquellos en el poder, quienes podrían cambiar el curso de la vida de Alaa fácilmente, poseen numerosas formas de decir que no hay nada que puedan hacer. La carta de Rishi Sunak del 5 de noviembre del año pasado refleja esta ineficacia, y la fecha de liberación de Alaa está programada para enero de 2027, tres años más de vida robada.
Reflexiones y Futuro
La correspondencia entre Alaa y yo ahora se centra en bromas sobre cómo estoy viviendo su vida mientras él permanece en prisión. Anhelo el día en que recupere su libertad y retome el control. Su hijo de 13 años, radicado en Brighton, construye su vida mientras espera el regreso de su padre. Mi hermana, que vive en Londres, acaba de tener su primer hijo. Aunque estoy en Londres, mi vida sigue en pausa hasta que Alaa recupere su libertad.
Conclusión
La lucha por la libertad de Alaa Abd El-Fattah es un testimonio de resistencia, sacrificio y esperanza. Enfrentamos obstáculos, pero la solidaridad global y la determinación persistente nos impulsan hacia adelante. La historia de Alaa es la de un hombre, no solo un activista, que merece vivir en libertad y abrazar a su familia. La atención mundial es esencial para presionar a las autoridades egipcias a cumplir con la promesa de liberación. La lucha continúa, y la historia de Alaa debe ser recordada como un recordatorio de la importancia de la libertad y la justicia en todo el mundo.